INSTITUTO DEON

Continuando con nuestros artículos sobre Gemoterapia, en este caso le ha tocado la oportunidad a la valiosa y apreciada Esmeralda.
Considerada la tercer piedra más preciosa (luego del Diamante y del Rubí), su extracción se remonta a la época del Antiguo Egipto realizada en minas cercanas al Mar Rojo y de las cuales Cleopatra era una ferviente admiradora. La belleza y el elevado valor de estas piedras, llevaron a cegar de codicia a los conquistadores españoles que arribaban a América, quienes realizaron una sangrienta campaña con el fin de descubrir la localización de las minas de esmeralda en América del Sur. En 1557, la campaña finalmente concluyó con el descubrimiento de las espectaculares minas de Muzo y Chivor en la actual Colombia. La esmeralda entonces, posee un pasado cubierto de sangre de quienes deseaban proteger una piedra considerada sagrada y utilizada sobre todo en ritos y templos.
Los yacimientos más importantes a nivel mundial se ubican en la Mina de Muzo a 100 kilómetros al Noroeste de Bogotá; Colombia es la mayor productora de esmeraldas y por supuesto poseedora de las de mejor calidad. Luego continúan Zambia, Brasil, Rusia, Madagascar y Zimbawe (en orden de mayor a menor porcentaje de producción). Afganistán si bien no posee una gran producción en comparación con el resto de los países, se encuentra en el segundo lugar en relación a la calidad de las esmeraldas que ofrece (en primer lugar hallamos por supuesto a Colombia).

El turista que cuente con la suerte de poder visitar este precioso país, notará que dos objetos lo caracterizan: la Esmeralda y el café. Recuerdo un souvenir que me obsequió un familiar en su visita: un dije compuesto por un grano de café de oro con una pequeña esmeralda engarzada. Más allá de lo que puedas pensar como lector, no es un regalo costoso, puesto que las esmeraldas que componen estos presentes son de una calidad muy baja, pero que pueden ser utilizadas sin inconvenientes dentro del campo de la Gemoterapia. Es por ello que recomiendo a quienes visiten Colombia, no olvidar traer un dije consigo, y así poder aprovechar las propiedades de esta piedra, de una manera beneficiosa.
Los expertos son los encargados de evaluar la pureza y calidad de las mismas; según sus principios nos comentan que cuando se examina boca arriba, una esmeralda de muy buena calidad debería permitir al observador ver la faceta trasera. Pero por supuesto que en estos casos ya estaríamos hablando de piedras muy valiosas, que no son las que utilizaremos cotidianamente en Gemoterapia.

El nombre esmeralda proviene del griego y significa "piedra verde" que deriva de la presencia de cromo y vanadio en su composición. Las esmeraldas de color verde intermedio intenso poseen el máximo valor, sin embargo, los matices azules o amarillos que pudiera poseer, disminuyen el mismo. Un quilate de una esmeralda de Colombia (200 miligramos) puede valer entre 10.000 a 60.000 dólares, dependiendo de la calidad de la piedra.

Las propiedades curativas o terapéuticas de la esmeralda, se encontrarán íntimamente relacionadas con las atribuidas al color verde dentro del campo de la Cromoterapia. El verde es un color sedante que nos conecta con la armonía de la naturaleza, por lo tanto, esta piedra nos aportará calma y relajación mental, purificará nuestro espíritu y nos preparará para la meditación. Un equilibrio espiritual y mental es favorecido por su influencia. Las peleas, pleitos, discusiones, juicios y procesos legales aminorarán y obtendrán un resultado armónico. Tanto para hombres de negocios, como para mujeres ejecutivas, un delicado anillo de oro con una esmeralda, aliviará el stress y otorgará claridad mental y suerte en su profesión. El insomnio producto de pensamientos rumiantes y nerviosismo a causa de lo que deberemos hacer al día siguiente, es fácilmente apaciguado a través de ella.

Como representante del amor más puro, la esmeralda debería ir acompañada en los regalos de joyería correspondientes a aniversarios o compromisos, aunque más no sea por una sola vez (aunque siempre tengamos en cuenta que lo importante es que el amor puro exista y crezca con el tiempo, el resto son sólo accesorios).

Como precaución, no recomendaría la vibración de los objetos de color verde, a aquellas personas que les resulte difícil estar en actividad o levantarse por las mañanas para comenzar un nuevo y atareado día. Quienes tiendan a la pasividad, la holgazanería y el conformismo o sufran de somnolencia.

Relacionada directamente con el cuerpo físico, la esmeralda regula el funcionamiento del corazón, el aparato circulatorio, páncreas, timo, sistema inmunitario, riñones y aparato digestivo. Resulta muy efectiva en casos de trastornos o problemas oculares.

Según los preceptos de la Bioenergía el color verde se asocia al chakra cardíaco (de ahí su influencia en el sistema circulatorio y en la expresión del amor). Esto sin olvidar que dentro de la psicología psicosomática es muy común asociar las represiones afectivas con los problemas cardíacos y la hipertensión. En casos de hipertensión se recomiendan los verdes más claros y luminosos; y para compensar la hipotensión los verdes más profundos y oscuros.

Para quienes se encuentran estudiando o en situaciones de exámenes, la esmeralda fortalece la memoria y activa la inteligencia.
El miedo, y la angustia que éste genera, pueden ser enfrentados gracias a la confianza, seguridad, esperanza y libertad que nos ofrece esta piedra. Libertad para expresarnos sin miramientos ni temores a ser lastimados o juzgados; libertad para ser quienes deseamos ser y no seguir siendo lo que otros desean que seamos; libertad para sencillamente dar amor y aprender a recibirlo.

Autora: Marina Deon



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