Flores de Bach:
Como ayudan a superar la depresion en la tercera edad

En la República Argentina los mayores de 65 años constituyen el 10% de la población, en tanto que alcanzarán al 19% en 2050 (1 de cada 10 personas). La depresión es más frecuente en los ancianos que en la población en general y su prevalencia oscila del 25% al 50%.
El envejecimiento produce cambios neurobiológicos en los sistemas relacionados con la patogenia de la depresión, con reducción de las concentraciones cerebrales de noradrenalina, serotonina y dopamina e incremento de la monoaminoxidasa (MAO).
Pero su presencia sólo se evidencia cuando surge un deterioro súbito tras un estrés fisiológico o social agudo. No se ha establecido aún el rol de esas modificaciones en la depresión de inicio senil.
La depresión en la vejez es una afección subdiagnosticada e infratratada, debido a que muchas, por sobre los síntomas habituales de tristeza e inhibición, predominan las preocupaciones y las quejas depresivas enmascaradas, la baja autoestima y desvalorización y los síntomas hipocondríacos; y por existir la creencia justificada de que lo antedicho es algo propio de los viejos. El paciente depresivo por su estado anímico tiende a interpretar en forma negativa sus experiencias de vida; tiene una visión negativa de sí mismo, de su entorno y del futuro.
La limitación de la movilidad, la disminución o pérdida de la visión, la hipoacusia, la disminución de las actividades físicas, sociales, vocacionales y recreativas; el empobrecimiento económico, la baja calidad de vida, la viudez y la separación de los hijos son estrés psicosociales frecuentes en la senectud. Los síntomas depresivos se asocian con mayor incapacidad, dolor, evidencias bioquímicas de subnutrición y mayor riesgo de deterioro cognitivo.

Síntesis de algunos de los síntomas:
1. Estado anímico depresivo.
2. Pérdida de interés o de la capacidad para el placer.
3. Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (por ejemplo: un cambio de más de 5% del peso corporal en un mes).
4. Insomnio o hipersomnia casi cada día.
5. Agitación o lentitud psicomotriz cada día.
6. Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados.
7. Disminución de la capacidad para concentrarse, o indecisión.

¿Cómo ayudan las Flores de Bach a superar este estado?
"Devolver a uno mismo la armonía, el equilibrio, requiere del desarrollo de un amor positivo y natural", solía decir el Dr. Bach.
Las emociones actuando a través de cerebro, pueden afectar el funcionamiento del sistema nervioso, los niveles hormonales y las respuestas inmunológicas, cambiando en consecuencia la susceptibilidad de una persona a enfermedades orgánicas.
Muchas son las florales que pueden ayudar a cualquier edad a superar y a encontrar el equilibrio en el cuerpo.
Desde el punto de vista físico: desde ya que cuando hablamos de una enfermedad crónica, como puede ser una deformación ósea como las que produce la artritis reumatoideas o artrosis en estado avanzado, entre otras, no se revierte el caso, pero sí a través de las florales puede encontrarse un estímulo, un alivio, en la medida que restablezcan el equilibrio psicológico y emocional y seguir sintiendo que la vida toma un nuevo y más profundo significado. Que llegar a dicha edad no significa “ya no sirvo”, por el contrario sentir que muchos necesitamos aprender de ellos y que tienen una gran experiencia de la vida que es necesario que sea transmitida, son verdaderamente la sabiduría adquirida por la experiencia de tantos años de gozar y sufrir; sufrir y gozar en la vida, no debe ser menoscabada porque al hacerlo atentamos a la dignidad de la persona humana, sino aprovechada para que nos transmitan la experiencia que, por haber sido vivida por un ser humano, tiene la riqueza de Dios que se hizo hombre para salvar.
El terapeuta floral a través de una entrevista con el paciente tratará de desenmascarar todas las emociones ocultas, causantes de ese desequilibrio que llevó a desencadenar una enfermedad, quizás la enfermedad que hoy nos ocupa: "la depresión".
Una buena terapia y florales indicadas se encargaran de hacernos encontrar la esencia de ese ser maravilloso, que existe y que tiene aún todas las posibilidades para ser feliz.
Entonces ser viejo no será una maldición. Será una hermosa experiencia: para unos, un lento atardecer; para otros, una manera de llegar al Palacio de la Sabiduría.

Autora: Graciela Fernandez.

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