Las Flores de Bach:
orientarse en la vida

Los caminos de la vida llevan al hombre hacia lugares impensados en momentos de transición, de cambio, aquellos en los que se ha perdido el rumbo de la vida.
Dado el temor a lo desconocido cuando se trata de orientar nuestra vida, la tendencia habitual es a evitar innovar. No obstante, en ocasiones esto puede ser la causa de que se sienta que se ha colocado el pie en el freno y no se avanza; se trata de bloqueos que ciegan y no permiten distinguir el camino a seguir, tanto se parecen entre sí las opciones que aparecen ante nuestra vista. En este punto, la persona llega a sentir que se ha esfumado toda motivación posible para dirigirse hacia un camino de crecimiento, que ha perdido su capacidad de decisión, que está como clavada en un callejón sin salida, desmotivada, insatisfecha de lo hecho hasta el momento, como si no encajase en ningún lugar o le costara echar raíces en donde se encuentra. A menudo estas situaciones se dan cuando se produce el paso de una etapa a otra, como podría ser el paso del secundario a la universidad, la salida de la etapa de maternidad (cuando la "cría vuela"), una mudanza a otra ciudad u otro barrio, un cambio de trabajo o de ocupación. O también pueden ser provocadas por la frustración de no haber encontrado la vocación o la motivación suficiente para dirigir nuestras energías hacia un fin determinado, y por un lapso de corta o extensa duración, haber sentido que dichas energías estaban estancadas haciéndonos imposible utilizarlas positiviamente.
El Dr. Bach encontró para esta situación, la Avena silvestre (Wild Oat). En realidad no es una espiga de avena, sino que se trata de una hierba que crece precisamente a la vera de los caminos, como queriendo indicarnos la senda adecuada para seguir en ese momento de nuestra existencia. Esta flor actúa ayudándonos a encontrar una definición, a orientarnos en el rumbo a seguir en determinadas circunstancias de la vida, como una fuerza increíble que surge desde el interior y nos induce a avanzar con un objetivo a cumplir. Wild Oat trae de nuevo la sensación de definición, de caminar hacia una meta, partiendo desde la encrucijada en la que nos encontrábamos en una dirección determinada que aparece como la puerta que se abre para mostrar lo que hay del otro lado. Es el camino a recorrer, es la paz de haberlo encontrado y es la fuerza interior que empuja a arrancar por esa ruta no transitada aún, pero que ya existía en la mente, en la energía o simplemente yacía escondida en algún rincón del ser.
Creo por tanto que Wild Oat sería la flor adecuada para quienes estén buscando un volver a nacer en este comienzo de siglo, utilizando al máximo sus capacidades natas, conociéndose a sí mismos en lo que desarrollar sus potenciales ocultos se refiere, teniendo la seguridad de que Wild Oat los acompañará en sus primeros pasos hasta la vera del camino hallado, pero que la propia fuerza y la seguridad de haberlo encontrado por fin, los impulsará a seguir adelante.

Autores: Staff de la Revista Crecimiento Interior.

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