Las Flores de Bach

Los 7 grupos en que se dividen las flores de Bach tienen estrecha relación con las emociones del hombre, según lo observó y estudió Edward Bach. El descubrió que las personas respondían a ciertos patrones de conducta que poco tenían que ver con los males físicos que sufrían, ya que estos tenían su origen en la falta de armonía en los pensamientos, o en el hecho de no respetar la Unidad.
Para el Dr. Bach, lo más importante para conservar la salud era lograr ser auténtico, seguir en todo momento "los dictados de su propia alma". Esto implica para cada uno de nosotros lograr ser nuestro propio padre, seguir la propia autoridad interna y en especial no esperar que otras personas o circunstancias cambien nuestra vida o nuestro pensamiento para estar mejor porque de este modo siempre habrá un hecho que nos desbalancee, que modifique nuestras emociones y nos lleve a conseguir lo contrario a aquello que deseamos.
Los 7 grupos de emociones que el Dr. Bach identificó, tienen estrecha relación con lo que se podría denominar "los defectos del alma". Son características negativas que se desencadenan a raíz de pensamientos o acciones que van en contra de nuestra propia naturaleza y que producen desarmonías en nuestra energía tales como miedos, incertidumbre, hipersensibilidad, desaliento, soledad, falta de interés, preocupación por los demás.
Así, cada una de ellas tiene a su vez distintos matices. Por ejemplo, alguien puede tener falta de interés por lo que sucede porque está pensando en cosas pasadas (Honeysuckle), o porque vive soñando (Clematis), o porque piensa a tanta velocidad que no está consciente de lo que hace (White Chestnut), porque está apático y fuera de la realidad (Wild Rose), porque se adelanta a los hechos (Chestnut Bud), porque está deprimido y entonces nada le interesa (Mustard) o porque está agotado (Olive).
Es importante aclarar sin embargo, que en cualquiera de los casos mencionados, hablamos de emociones que se pueden englobar dentro de un mismo grupo, pero que a su vez tienen infinidad de connotaciones diferentes en sí mismas. Y cada una de ellas acarrea síntomas diferentes: accidentes por distracción, sensación de vacío en la mente o en los órganos internos, falta de energías o de fuerza, tristeza que acarrea desórdenes hormonales, problemas de visión, etc.
El Dr. Bach proclamaba que cuando uno podía respetar la Unidad y seguir los dictados de su alma, siempre hacía surgir su esencia positiva desde el centro mismo de su ser, restableciendo la armonía interior, combatiendo así las causas de la enfermedad.
Reconocer los defectos es el comienzo del tratamiento con Flores de Bach. Luego, partiendo de la observación de lo que la persona manifiesta a través de todo su cuerpo, sus gestos, su mirada, y reconociendo el sufrimiento humano originado por ciertos defectos como la negatividad de los pensamientos, los miedos, la incertidumbre, encontrar la floral adecuada es la clave del éxito para ayudar a un alma a reencontrar su camino. Cada floral será la encargada de limpiar las emociones que dañan nuestro ser en toda su dimensión: cuerpo, mente y espíritu.
Una vez que hemos comenzado a trabajarlas, sin lugar a dudas las Flores de Bach nos traen de vuelta a lo que somos: seres de luz, con un profundo amor en nuestro corazón y una increíble alegría de vivir la vida llenos de paz y armonía.

Autores: Staff de la Revista Crecimiento Interior.

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